Las disoluciones químicas son fundamentales en el día a día, aunque muchas veces no seamos conscientes de ello. El café con azúcar que tomamos por la mañana o los medicamentos líquidos que ingerimos son ejemplos de disoluciones. Además, también juegan un papel esencial en laboratorios, industrias, procesos biológicos y muchas otras áreas del conocimiento científico y tecnológico. Pero, ¿qué es exactamente una disolución y qué tipos hay? Te lo contamos a continuación, ¡sigue leyendo!
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Índice de contenidos
¿Qué es una disolución química?
Una disolución química es una mezcla homogénea formada por dos o más sustancias que se combinan de tal manera que sus componentes no pueden distinguirse a simple vista. En una disolución, una sustancia se disuelve en otra, formando un sistema uniforme en todo su volumen.
Los principales componentes de una disolución son:
- Soluto. La sustancia que se disuelve.
- Disolvente. La sustancia que se disuelve al soluto y se encuentra en mayor proporción.
Las disoluciones pueden estar en distintos estados de la materia (sólidas, líquidas o gaseosas) y sus propiedades físicas pueden variar dependiendo de la cantidad y naturaleza de los componentes. Sin embargo, siempre conservan la característica de ser homogéneas: su composición es uniforme en toda la mezcla.
Ejemplos de disoluciones químicas
Las disoluciones están presentes en una amplia variedad de situaciones cotidianas y procesos industriales. Algunos ejemplos de disoluciones químicas son el agua con azúcar, el aire atmosférico o las aleaciones metálicas.
También podemos destacar dentro de esta categoría el gas en una bebida carbonatada; el dióxido de carbono está disuelto en agua. Ocurre algo parecido con el alcohol etílico con agua, que es una disolución líquida utilizada en desinfectantes, i con el suero fisiológico (solución salina 0,9%), que es cloruro de sodio disuelto en agua.
Cada uno de estos ejemplos muestra cómo los componentes se combinan sin formar nuevas sustancias, manteniendo sus propiedades a nivel molecular pero formando un sistema homogéneo.
¿Cuál es la fórmula de disolución?
Cuando hablamos de una disolución en términos químicos, es común expresar su concentración, es decir, la cantidad de soluto presente en una determinada cantidad de disolvente o de disolución total. Existen diversas formas de representar esta concentración:
Concentración molar (Molaridad, M)
Es la relación entre los moles de soluto y los litros de disolución y se expresa M = n / V. Aquí, M es la molaridad en moles por litro (mol/L), n es el número de moles del soluto y V es el volumen total de la disolución en litros.
Concentración porcentual (% m/m, m/v, v/v)
Dependiendo del tipo de disolución, puede expresarse como:
- % m/m: masa de soluto / masa de disolución x 100.
- % m/v: masa de soluto / volumen de disolución x 100.
- % v/v: volumen de soluto / volumen de disolución x 100.
Fracción molar (X)
Es el cociente entre los moles de un componente y el total de moles de la disolución.
Estas fórmulas son esenciales para preparar disoluciones con precisión, tanto en laboratorios como en aplicaciones industriales o farmacéuticas.
¿Cuáles son los 4 tipos de disoluciones?
Las disoluciones pueden clasificarse según distintos criterios. Uno de los más comunes es en función del estado físico del soluto y del disolvente. A partir de esta clasificación, podemos identificar cuatro tipos principales:
- Disoluciones sólidas. Las disoluciones sólidas se forman cuando tanto el soluto como el disolvente están en estado sólido. Se caracterizan por la formación de mezclas uniformes que suelen conocerse como aleaciones en el caso de los metales. Un ejemplo de disolución sólida es el bronce, que es una mezcla de cobre y estaño.
- Disoluciones líquidas. Como la sal disuelta en agua, por ejemplo. Son las más comunes y las que encontramos con mayor frecuencia en nuestra vida cotidiana. En este caso, el disolvente está en estado líquido y el soluto puede ser sólido, líquido o gaseoso.
- Disoluciones gaseosas. Tanto el soluto como el disolvente están en estado gaseoso. Son menos visibles en el entorno cotidiano, pero muy importantes en la atmósfera y en procesos industriales. Un ejemplo de disolución gaseosa es el aire, una mezcla de gases como nitrógeno, oxígeno, argón y dióxido de carbono.
- Disoluciones acuosas. Este tipo de disolución es una subcategoría dentro de las disoluciones líquidas, donde el disolvente es siempre el agua. Se utilizan ampliamente en química por ser el agua un disolvente universal, capaz de disolver una gran variedad de sustancias.
Comprender qué es una disolución, cómo se representa su concentración y cuáles son sus distintos tipos permite no solo entender la química con mayor profundidad, sino también aplicarla de forma segura y eficiente en diferentes ámbitos: salud, alimentación, tecnología, medio ambiente y más.
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