En algún momento de nuestras vidas hemos oído u oiremos hablar sobre el control de plagas. La vecina que tenía la cocina infestada de hormigas, el restaurante de la esquina y su ejército de cucarachas, los insectos que destrozaron la cosecha del año pasado… Todos y cada uno de estos problemas son solventados gracias al control de plagas, que se encarga de hacer frente a los organismos que perjudican y afectan a la salud o al ecosistema, entre otros.
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¿Qué es una plaga?
El diccionario define plaga como una “colonia de organismos animales o vegetales que ataca y destruye los cultivos y plantas”. Una segunda definición afirma que es un “daño o desgracia que afecta a gran parte de una población y que causa un perjuicio grave”. El control de plagas se encarga de todos estos organismos no deseados que interfieren en la actividad humana, que pueden destruir cultivos, dañar propiedades y complicar nuestro día a día.
Algunas de las plagas más comunes son las de insectos. Entre ellos, destacan las termitas y la carcoma, las cucarachas, las hormigas, las pulgas, la procesionaria del pino o los mosquitos. De todos modos, cualquier insecto que se reproduzca de forma descontrolada y cause daños puede considerarse plaga. Otros animales considerados como plaga son las ratas.
¿Cómo se trabaja en un control de plagas?
Para que un control de plagas sea eficaz, este requiere de conocimiento completo sobre la plaga a erradicar y sus hábitos. El primer paso es identificar el organismo y realizar un diagnóstico acerca de su origen, su refugio y los métodos más efectivos para acabar con él. Una vez somos conocedores del problema al que nos enfrentamos, debemos evaluar las diversas estrategias para controlar y/o erradicar la plaga. Finalmente, cabe remarcar que hay que realizar un seguimiento y control de los métodos aplicados. Hay tres procedimientos clave en cuanto al control de plagas bajo las siglas DDD.
Desinfección
La desinfección es el proceso químico o físico mediante el cual se limpia una superficie o lugar. Supone la destrucción de los microorganismos patógenos. Es indispensable en lugares frecuentados por humanos y animales, tales com colegios, hospitales, granjas, industrias alimentarias o vehículos de transporte.
Desinsectación
La desinsectación hace referencia al control y eliminación de todo tipo de insectos. Las plagas más comunes mencionadas anteriormente son algunos de ellos.
Desratización
La desratización o desrodentización tiene como objetivo la eliminación de cualquier tipo de roedor. Esta técnica se puede utilizar mediante dos variantes. La desratización pasiva, consistente en diversos procedimientos que impiden que los roedores invadan locales o casas y se propaguen; y la desratización activa, encargada de combatir, mediante métodos ofensivos, químicos y biológicos, las poblaciones de ratas y ratones.
Fumigación
La fumigación es uno de los métodos más efectivos para eliminar las invasiones de insectos, pájaros o microbios; y se basa en el uso de fumigantes. Los fumigantes son agentes químicos que, a temperatura y presión normal, se encuentran de forma gaseosa. Son usados, mayoritariamente, en la industria alimentaria, tratamientos ambientales, tratamientos de la madera y control de topos en praderas y jardines.