Los contaminantes físicos son elementos que, sin estar relacionados con sustancias químicas o biológicas, pueden afectar negativamente tanto el entorno como la salud de las personas expuestas a ellos. Estos contaminantes se encuentran en una amplia variedad de lugares, desde entornos laborales hasta áreas de ocio y, por supuesto, el hogar.

La exposición a contaminantes físicos es un tema de gran relevancia en la salud ocupacional y en la normativa de seguridad ambiental. Puede desencadenar efectos negativos en la salud, el rendimiento y la calidad de vida. ¿Quieres saber más acerca de ellos? Te lo contamos a continuación.

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¿Qué son los contaminantes físicos?

Los contaminantes físicos se definen como aquellos agentes que, a través de su acción física, pueden causar daños en la salud de los individuos o deteriorar el medio ambiente. Estos contaminantes incluyen fenómenos como el ruido, la radiación, las vibraciones y las condiciones extremas de temperatura. Su efecto se debe a la energía que transmiten o alteran en su entorno inmediato, generando cambios que pueden resultar nocivos.

Algunos ejemplos de contaminantes físicos comunes incluyen:

  • Altos niveles de ruidos como el tráfico o en entornos urbanos.
  • Vibraciones producidas por maquinaria pesada.
  • Exposición a radiación ionizante o no ionizante.
  • Temperaturas extremas que afectan a los trabajadores.
  • Iluminación deficiente.

Los contaminantes físicos en el trabajo son especialmente importantes debido a la cantidad de tiempo que los trabajadores pasan en sus lugares de trabajo y la frecuencia de exposición a estos factores. La normativa de seguridad laboral establece límites y medidas de protección para minimizar la exposición a estos contaminantes, especialmente en sectores donde los niveles son más altos.

¿Qué tipos de contaminantes físicos existen?

Podemos clasificar los tipos de contaminantes físicos en varias categorías en función del tipo de energía que generan o modifican y el impacto que causan en el entorno. Estas clases son las siguientes:

Ruido

Es uno de los contaminantes físicos más comunes y dañinos en entornos laborales y urbanos. La exposición prolongada a ruido puede provocar problemas auditivos y afectar el bienestar psicológico de las personas. Los niveles de ruido se miden en decibelios (dB), y la OMS recomienda que, en el ambiente laboral, el ruido no supere los 85 dB en una jornada de ocho horas. El ruido también puede desencadenar respuestas de estrés y afectar la concentración, lo que aumenta el riesgo de accidentes en el trabajo.

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Vibraciones

Afectan a la salud, especialmente cuando se transmite a través de herramientas manuales o maquinaria pesada. La exposición prolongada a vibraciones puede causar problemas en las extremidades, principalmente en las manos y brazos, y puede afectar la circulación sanguínea, produciendo daños en los huesos, músculos y nervios. Las vibraciones se miden en metros por segundo al cuadrado, y su impacto varía según la frecuencia, amplitud y duración de la exposición.

Radiación

Podemos distinguir entre dos tipos de radiación:

  • Ionizante. Incluye rayos X y rayos gamma, que tienen energía suficiente para ionizar átomos y moléculas. Es común en la industria médica y nuclear, y puede causar daño celular, incrementando el riesgo de cáncer. La exposición a este tipo de radiación está estrictamente regulada en los entornos laborales.
  • No ionizante. Es la que incluyen los microondas, la luz ultravioleta y los infrarrojos. Aunque no ioniza las células, puede causar daños por calentamiento de los tejidos, irritación en la piel y otros efectos, dependiendo de la intensidad y la frecuencia de exposición. La radiación ultravioleta, por ejemplo, puede provocar quemaduras en la piel y aumentar el riesgo de cáncer de piel.

Temperaturas extremas

Se consideran contaminantes físicos porque su exposición prolongada puede causar problemas de salud, desde hipotermia o congelación en condiciones de frío extremo hasta insolación y deshidratación en ambiente calurosos. En entornos de trabajo como fundiciones, cámaras frigoríficas o actividades al aire libre, la temperatura debe regularse y monitorearse para evitar riesgos. El control de la temperatura se combina con medidas como descansos programados y equipos de protección térmica para garantizar la seguridad de los trabajadores.

Iluminación inadecuada

La iluminación deficiente o excesiva también es un tipo de contaminante físico que afecta a los trabajadores, especialmente en oficinas y fábricas. Una mala iluminación puede provocar fatiga visual, dolores de cabeza, estrés y, en algunos casos, accidentes. Se considera adecuada una iluminación que permita realizar tareas de manera segura y sin fatiga visual. Para lograrlo, es necesario ajustar los niveles de luz en función de la actividad y utilizar fuentes de iluminación natural y artificial equilibradas.

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