La fisiología estudia los procesos y funciones normales del cuerpo, mientras que la fisiopatología examina los cambios en estos procesos cuando ocurren enfermedades. La fisiología se centra en el funcionamiento correcto de los sistemas corporales, como la respiración, la circulación y la digestión, para entender cómo mantienen el equilibrio. La fisiopatología, en cambio, se enfoca en identificar cómo y por qué estos procesos se ven alterados por enfermedades o lesiones.