La principal diferencia entre un hematólogo y un oncólogo radica en su especialización. El hematólogo se centra en las enfermedades de la sangre, los ganglios y la médula ósea, el oncólogo se enfoca en el tratamiento del cáncer en general, incluyendo tumores sólidos.
No obstante, hay una subespecialidad en oncología llamada oncología hematológica, en la que ambos campos se solaban y los especialistas tratan cánceres hematológicos como las leucemias y los linfomas, colaborando estrechamente en estos casos.