¿El carácter está en los genes? Las leyes de Mendel nos dicen que sí. Las investigaciones y descubrimientos de Gregor Mendel sentaron las bases para comprender la herencia genética de los seres vivos de una manera que revolucionó la percepción de cómo se transmiten las características de una generación a otra. 30
En este artículo nos adentraremos en el significado de las leyes de Mendel, conocerás cuáles son y en qué consiste cada una de ellas tres.
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Índice de contenidos
¿Qué son las Leyes de Mendel?
Su precursor fue Gregor J. Mendel, un naturalista austríaco que publicó en el año 1865, lo que sería el origen de la teoría de la herencia genética, también conocida como “Leyes de Mendel”.
Estas leyes describen cómo se transmiten los rasgos hereditarios de una generación a otra en los organismos vivos, sentando las bases para la comprensión moderna de la herencia genética. En definitiva, estas reglas básicas constituyen el fundamento de la genética.
¿Cuáles son las Leyes de Mendel?
Todo empezó cuando Mendel llevó a cabo una serie de experimentos con plantas guisante en el mismo jardín del monasterio donde vivía. Observaba cuidadosamente cómo se heredaban características como el color de las semillas, su forma y la altura de las plantas. Fue a partir de estas observaciones y análisis cuando Mendel formuló las tres leyes principales que rigen la herencia biológica:
Primera ley: Principio de la uniformidad
La primera de las leyes de Mendel es el principio de la uniformidad. Este manifiesta que si se cruzan dos razas puras, es decir, que tengan dos alelos dominantes (A) o bien, dos alelos recesivos (a) para un determinado carácter, se obtendrán hijos/as iguales entre sí en términos fenotípicos o genotípicos, así como iguales al progenitor que presente el alelo dominante (A).
Por ejemplo:
Si en una pareja el padre tiene los ojos marrones y la madre los tiene verdes, lo más probable es que el/a niño/a herede el color del padre al tratarse del alelo más dominante. No obstante, esto no siempre sucede así, ya que todo dependerá de los genes que tengan los/as abuelos/as del/a bebé y en este caso, del color de sus ojos.
Segunda ley: Principio de segregación
La segunda ley es el principio de segregación. Esta defiende que el cruce de dos individuos de la primera generación (Aa) dará lugar a una segunda generación filial. En esta, se recupera el fenotipo del individuo recesivo (aa) de la primera generación. Por lo tanto, el carácter recesivo permanecerá oculto en una proporción de 1 a 4.
Por ejemplo:
Si se cruzan dos individuos de la primera generación filial (Aa), que contienen cada uno un genotipo dominante (A, color marrón) y uno recesivo (a, color azul), el genotipo recesivo tendrá la posibilidad de aparecer en la proporción 1 de 4.
Tercera ley: Principio de la transmisión independiente
La tercera ley es el principio de la transmisión de caracteres independientes. Mendel concluyó que los alelos de un gen se transmiten independientemente de los alelos de otro gen. Es decir, diferentes rasgos son heredados sin depender unos de otros. Por lo tanto, no existe relación entre ellos.
Así pues, para concluir, el patrón de herencia de un rasgo como el color de los ojos no influye en la transmisión en el patrón de herencia de otro rasgo como el color del pelo.