Los viajes en el tiempo han sido durante décadas el plato principal en los menús de la ciencia ficción. ¿Qué pasaría si te dijeran que se puede viajar en el tiempo
Según publicó el fallecido astrofísico británico Stephen Hawking, la posibilidad de realizar viajes en el tiempo no es tan descabellada. Cualquier físico sabe, desde la época de Einstein, que el tiempo fluye más despacio en un agujero negro que en la Tierra.
En el artículo titulado “Cómo construir la máquina del tiempo”, Hawking sugería hasta tres formas distintas para hacerlo. Aquí te las resumimos y, si te interesa la física, no dudes en matricularte en uno de nuestros cursos. Quién sabe, ¡a lo mejor formas parte del equipo que construya la primera máquina del tiempo!
Índice de contenidos
Tipos de viajes en el tiempo
Antes de entrar en detalles, cabe aclarar un punto importante: viajar en el tiempo es posible solo hacia adelante. Sólo se puede viajar hacia el futuro, y a continuación te contamos por qué.
Agujeros de gusano
La teoría que más adeptos gana es la de los agujeros de gusano. Pero, ¿qué son los agujeros de gusano? Se trata de unas grietas minúsculas en el espacio cuya existencia no se ha podido demostrar, por lo que se los considera “hipotéticos”.
Las operaciones de Einstein en su teoría de la Relatividad contemplan su existencia, pero son tan pequeños que nunca nadie ha podido ver ninguno. Si alguien se pusiera a buscar algún día un agujero de gusano, tendría que mirar en el espacio que queda entre las moléculas.
Estos agujeros de gusano serían como portales en el espacio-tiempo que conectarían lugares muy alejados entre sí. Según Hawking, un humano podría pasar a través de ellos con una máquina si hubiera alguna forma de detectarlos y hacerlos más grandes.
Agujeros negros
Otra de las formas de viajar en el tiempo, aunque no de la manera que uno pudiera imaginar, es acercándose a un agujero negro. Estos tienen una gravedad tan grande que hasta el tiempo se ralentiza a su alrededor. Se podría decir que un agujero negro es una máquina del tiempo natural.
El caso es que nada puede resistir su potente gravedad, causada por una masa equivalente a 4 millones de soles aplastados. Así que, científicamente hablando, es otra opción poco posible.
El tren a la velocidad de la luz
La tercera opción que propone Hawking para viajar en el tiempo es la más viable, aunque llamar a esta invención “viable” podría resultar demasiado optimista. Según el científico británico, si un tren pudiera alcanzar la velocidad de la luz, el tiempo transcurriría más lento dentro que fuera de él.
Pongamos un ejemplo: el tren saldría de la estación el 1 de enero de 2050. Estaría dando vueltas a la velocidad de la luz alrededor de la Tierra durante 100 años hasta detenerse de nuevo en la estación, el 1 de enero de 2150. Fuera del tren habrían pasado 100 años, pero los pasajeros sólo habrían permanecido en su interior durante una semana.
No obstante, la cantidad de dinero que habría que invertir para construir el tren sería desorbitada. Además, todavía no hemos desarrollado la tecnología para llevar a cabo un proyecto de semejante envergadura en el supuesto, claro está, de que realmente pudiera llevarse a cabo algo parecido.