Las bacterias son microorganismos unicelulares que desempeñan un papel crucial en los ecosistemas, tanto en la descomposición de materia orgánica como en la síntesis de compuestos esenciales para otros seres vivos. Existen dos tipos: las bacterias heterótrofas y las bacterias autótrofas. Estos dos grupos se diferencian en la forma en que obtienen los nutrientes necesarios para su crecimiento y reproducción: veamos todo lo que debes. saber acerca de este ámbito, ¡quédate con nosotros!

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¿Qué son las bacterias autótrofas?

Las bacterias autótrofas son aquellas que tienen la capacidad de sintetizar su propio alimento a partir de compuestos inorgánicos, como el dióxido de carbono (CO2), utilizando una fuente de energía externa. A diferencia de las bacterias heterótrofas, que dependen de materia orgánica para su nutrición, las bacterias autótrofas pueden producir sus propios compuestos orgánicos esenciales para su supervivencia.

Existen dos tipos de bacterias autótrofas:

  • Bacterias fotosintéticas. Estas bacterias utilizan la luz solar como fuente de energía para convertir el dióxido de carbono en compuestos orgánicos, en un proceso similar a la fotosíntesis de las plantas. Las cianobacterias, también conocidas como algas verdeazules, son un ejemplo de bacterias fotosintéticas.
  • Bacterias quimiosintéticas. En lugar de luz solar, estas bacterias obtienen energía de la oxidación de compuestos inorgánicos, como el hidrógeno, el azufre o el hierro. Este tipo de bacterias es común en ambientes donde la luz solar no está disponible, como en las profundidades marinas o en fuentes termales.

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¿Qué son las bacterias heterótrofas?

Por el contrario, las bacterias heterótrofas son las que no pueden sintetizar su propio alimento a partir de compuestos inorgánicos. En lugar de ello, dependen de materia orgánica, como restos de plantas, animales o compuestos en descomposición, para obtener los nutrientes necesarios para su crecimiento.

Este tipo de bacterias desempeña un papel fundamental en los ecosistemas, ya que son responsables de la descomposición de materia orgánica, lo que permite la liberación de nutrientes esenciales que pueden ser reutilizados para otros organismos.

Las bacterias heterótrofas se pueden clasificar según el tipo de materia orgánica que utilizan para alimentarse. Algunas de las bacterias heterótrofas más conocidas son:

  • Escherichia coli. Esta bacteria es comúnmente encontrada en el tracto intestinal de los seres humanos y otros animales. Aunque muchas cepas de E. coli son inofensivas, algunas pueden causar infecciones graves, como intoxicaciones alimentarias.
  • Streptococcus. Este género de bacterias incluye especies que son responsables de enfermedades como la faringitis estreptocócica, la neumonía y la meningitis.
  • Salmonella. Se trata de una bacteria que puede causar infecciones gastrointestinales en los seres humanos, comúnmente asociadas con el consumo de alimentos contaminados.
  • Pseudomonas. Se encuentran en una variedad de ambientes, desde el suelo hasta los hospitales. Algunas especies son patógenas y pueden causar infecciones respiratorias o de herida.
  • Clastridium. Este género incluye bacterias que son responsables de enfermedades graves como el tétanos y el botulismo.

Algunas de estas bacterias también son los microorganismos que encontramos en el agua estancada.

¿Cómo se alimentan las bacterias heterótrofas?

Esta clase de bacterias obtienen su alimento de materia orgánica a través de diversos mecanismos, en función de la especie y el entorno. Veámoslos:

Nutrición saprófita

Las bacterias saprófitas se alimentan de materia orgánica en descomposición, como restos de plantas, animales muertos y desechos. Este tipo de nutrición es fundamental para los ecosistemas, ya que las bacterias saprófitas descomponen la materia orgánica, liberando nutrientes como nitrógeno, fósforo y carbono que son reutilizados por otros organismos. Este proceso es esencial para el ciclo de nutrientes en la naturaleza.

Nutrición parasitaria

Algunas bacterias heterótrofas son parásitas, lo que significa que dependen de un organismo huésped para obtener los nutrientes que necesitan para sobrevivir. Las bacterias parásitas se alimentan de los recursos del huésped, y en muchos casos, esto puede causar daño al organismo infectado. Un ejemplo de bacterias parasíticas es Mycobacterium tuberculosis, la cual causa la tuberculosis en los seres humanos.

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Nutrición simbiótica

Hay bacterias que viven en simbiosis con otros organismos, es decir, en una relación mutuamente beneficiosa. Un ejemplo de este tipo de nutrición es la simbiosis entre las bacterias del género Rhizobium y las raíces de las plantas leguminosas. Estas bacterias fijan el nitrógeno del aire, convirtiéndolo en una forma que las plantas pueden utilizar, mientras que la planta proporciona a las bacterias nutrientes esenciales.

Fermentación

Las bacterias heterótrofas también pueden obtener energía mediante la fermentación, un proceso anaeróbico en el que se descomponen los compuestos orgánicos, como los azúcares, sin necesidad de oxígeno. Durante la fermentación, las bacterias producen productos como ácido láctico o alcohol, que pueden ser utilizados por otros organismos. Un ejemplo de bacterias que realizan fermentación es Lactobacillus, que es responsable de la producción de yogur y otros productos lácteos fermentados.

Descubre más sobre las bacterias lácticas.

Respiración aeróbica y anaeróbica

Al igual que otros organismos, las bacterias heterótrofas pueden obtener energía a través de la respiración. En la respiración aeróbica, las bacterias utilizan oxígeno para descomponer compuestos orgánicos y liberar energía. En la respiración anaeróbica, las bacterias descomponen compuestos orgánicos en ausencia de oxígeno, utilizando otras moléculas, como nitratos o sulfatos, como aceptor final de electrones.

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