Un medicamento biológico es una clase avanzada de tratamiento médico que se diferencia de los fármacos tradicionales por su origen y proceso de fabricación. En lugar de ser producidos químicamente, los medicamentos biológicos se desarrollan a partir de organismos vivos o sus componentes, como proteínas, células o tejidos.

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¿Qué es el tratamiento biológico?

El tratamiento biológico es una forma de terapia que utiliza medicamentos biológicos para combatir enfermedades. A diferencia de los tratamientos convencionales, los biológicos se dirigen a componentes específicos del sistema inmunológico o a procesos celulares involucrados en la enfermedad. Esto les permite actuar de manera más precisa y, en algunos casos, con menos efectos secundarios que los tratamientos tradicionales. Además, los tratamientos biológicos se utilizan con frecuencia para enfermedades autoinmunes, cáncer y enfermedades inflamatorias crónicas.

Este tipo de terapia puede incluir la administración de anticuerpos monoclonales, que bloquean proteínas específicas del cuerpo que están causando inflamación o crecimiento descontrolado de células. Al modular el sistema inmunológico, los tratamientos biológicos ayudan a restaurar el equilibrio en el organismo, reduciendo los síntomas y ralentizando la progresión de las enfermedades.

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¿Qué es un fármaco biológico?

Un fármaco biológico es un medicamento que se elabora a partir de organismos vivos. Estos medicamentos son moléculas grandes y complejas, a menudo derivadas de proteínas, anticuerpos o incluso células vivas. Su desarrollo y fabricación requieren procesos biotecnológicos avanzados, lo que los diferencia de los fármacos tradicionales, que son más simples y producidos químicamente.

Los fármacos biológicos se utilizan para tratar enfermedades en las que los tratamientos convencionales no son eficaces o presentan limitaciones significativas. Por ejemplo, en lugar de atacar todos los síntomas de una enfermedad de manera general, los biológicos se enfocan en mecanismos moleculares o genéticos específicos que están implicados en el desarrollo de la enfermedad. Esta precisión puede resultar en tratamientos más efectivos y adaptados a las necesidades individuales de los pacientes.

Debido a su naturaleza compleja y sensible, los fármacos biológicos son generalmente administrados por vía inyectable o intravenosa, ya que no pueden ser procesados adecuadamente por el sistema digestivo si se toman en forma de píldora.

Ejemplos de medicamentos biológicos

Algunos ejemplos de medicamentos biológicos destacados son:

  • Adalimumab (Humira). Es un anticuerpo monoclonal utilizado para tratar enfermedades autoinmunes como la artritis reumatoide, la psoriasis y la enfermedad de Crohn, por ejemplo.
  • Etanercept (Enbrel). Similar a Humira, también bloquea la acción del TNF-a, pero es una proteína de fusión que se utiliza para tratar la artritis reumatoide, la espondilitis anquilosante y la psoriasis en placa.
  • Trastuzumab (Herceptin). Este anticuerpo monoclonal se dirige a las células cancerosas que sobreexpresan el receptor HER2, un factor de crecimiento que contribuye al desarrollo de ciertos tipos de cáncer de mama.
  • Rituximab (Rituxan). Utilizado en el tratamiento de linfomas no Hodgkin y leucemia linfocítica crónica, ataca a las células B, un tupo de célula del sistema inmunológico que puede volverse cancerosa.
  • Nivulomab (Opdivo). Este medicamento actúa como inhibidor del punto de control inmunológico, permitiendo que el sistema inmunitario ataque más eficazmente a las células cancerosas.

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¿Qué enfermedades tratan los medicamentos biológicos?

Los medicamentos biológicos han demostrado ser eficaces en el tratamiento de una amplia gama de enfermedades, particularmente aquellas que involucran el sistema inmunológico y condiciones crónicas. Estas son algunas de las enfermedades que tratan los medicamentos biológicos:

Enfermedades autoinmunes

Un medicamento biológico permite tratar enfermedades como la artritis reumatoide, la enfermedad de Crohn, la colitis ulcerosa, la psoriasis y el lupus eritematoso sistémico son algunas de las afecciones autoinmunes más comunes que se tratan con medicamentos biológicos. Estos fármacos ayudan a modular la respuesta inmunológica, reduciendo la inflamación y previniendo el daño de los tejidos sanos.

Cáncer

Los medicamentos biológicos se han convertido en una herramienta esencial en el tratamiento de varios tipos de cáncer, incluidos el cáncer de mama, el cáncer de pulmón, el linfoma y la leucemia. Estos fármacos permiten que el sistema inmunológico del cuerpo reconozca y ataque las células cancerosas, o bloquean señales específicas que permiten el crecimiento de tumores.

Enfermedades inflamatorias crónicas

Además de las enfermedades autoinmunes, los biológicos también se utilizan para tratar afecciones inflamatorias crónicas como la espondilitis anquilosante y la psoriasis en placa. Esta clase de medicamento biológico bloquea moléculas específicas que promueven la inflamación en el cuerpo, aliviando los síntomas y mejorando la calidad de vida de los pacientes.

Enfermedades raras y trastornos genéticos

Algunos medicamentos biológicos están diseñados para tratar enfermedades raras o trastornos genéticos, como la fibrosis quística, la distrofia muscular de Duchenne o ciertos tipos de hemofilia. En estos casos, los medicamentos biológicos pueden proporcionar soluciones que antes no existían, mejorando significativamente la esperanza y calidad de vida de los pacientes.

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